“1987 fue el punto máximo de movilización social de la década. Tal vez por ese motivo se desató la violencia contra dirigentes sociales y políticos de izquierda conocida como la “guerra sucia”, que intentó ser respondida con movilizaciones de denuncia […] En el plano laboral la recién creada CUT coordinó las acciones de los estatales y promovió amplias movilizaciones por los derechos laborales y el respeto a la vida. Otro tanto ocurrió con el sector estudiantil […] La Universidad de Antioquia sería particularmente afectada por la acción de los sicarios, que en el segundo semestre cobraron la vida de profesores y defensores de derechos humanos de la talla de Héctor Abad Gómez. Pero definitivamente los sectores más agitados ese se año fueron el cívico y el rural. Conjuntamente lanzaron paros locales y regionales […] En el segundo semestre, campesinos e indígenas incrementaron sus marchas, que a veces se confundieron con los éxodos forzados de las zonas de violencia”.

Mauricio Archila,2008, Idas y Venidas, vueltas y revueltas. Protestas sociales en Colombia, 1958-1999, p. 155.